Una mujer policía madre soltera (Jazmín Stuart) debe regresar a su pueblo de origen en la Patagonia argentina para cuidar a su madre enferma (Beatriz Spelzini). Así comienza este policial del director Facundo Escudero Salinas, que espía el mundo problemático de las relaciones entre las empresas extraccioncitas de recursos, los poderes locales, los activismos y las comunidades originarias.
Pero también es una película que indaga en los vínculos entre mujeres: de Irina (Stuart) con su madre Nina, a quien no ha visitado en muchos años —su mudanza fue una huida del pueblo y del pasado—; de Irina con su propia hija Juana —una adolescente con la que no habla mucho—; y con su amiga de la infancia —a quien reencuentra también con una hija adolescente—.
En este sentido, hablamos de un policial que trabaja con una protagonista compleja, una mujer endurecida por fuera pero que esconde una gran fragilidad. Así es que, a pesar de que tanto su madre como su padrino —el comisario del pueblo (César Bordón)— le recomiendan regresar o sólo acompañar a su amiga ante el asesinato de su hija, Irina se carga sobre los hombros la investigación.
En paralelo a la búsqueda de los autores del crimen se va desplegando el otro enigma de la trama: por qué Irina dejó del pueblo y cómo los secretos familiares del pasado pueden seguir afectando los vínculos del presente.
El tratamiento audiovisual es delicado y por momentos nos entrega planos muy interesantes como la presentación de Irina al comienzo, a través del plano detalle de sus ojos en el espejo retrovisor del auto mientras escucha la voz en off del mensaje que le cuenta sobre la enfermedad de la madre, o una escena exterior lluviosa vista desde el interior del auto.
En esta línea, es destacable que a pesar de seguir el asesinato de una joven, la narración no se regodea en los cuerpos femeninos violentados. Por el contrario, trabaja con esos lazos de solidaridad, de amistad y de familiaridad que empujan a la protagonista a buscar la verdad sin poder medir del todo los riesgos, en un mundo que se maneja mayormente con otros pactos.
Una buena muestra de que se pueden esquivar los clichés más misóginos del género policial para producir una obra estéticamente interesante, con temáticas actuales y personajes complejos sostenidos por excelentes actuaciones.
8 /10