Luego de que un peligroso virus sea robado por una agente especial, Estados Unidos y Gran Bretaña unen fuerzas para recuperarlo, y por ende los agentes Hobbs y Shaw deberán trabajar juntos, pese a sus diferencias. Pero el caso se complica cuando la hermana de este último está involucrada, así como también una misteriosa y secreta organización paramilitar.
Después de todos los dimes y diretes, la envidia publica de Tyrese Gibson, y ver como de a poco Dwayne Johnson se apropia de la saga, por fin llega a nuestros cines el ¿esperado? spin off de Rápido y Furioso, centrado en los personajes de Shaw y Hobbs.
Antes de analizar esta película, todos, tanto quien les escribe, como ustedes lectores, debemos tener en cuenta que es la novena entrega de esta franquicia; así que ya todo el mundo sabe lo que se va a encontrar cuando va a ir a la sala de cine: tiros, explosiones, mujeres lindas, hombres musculosos, más explosiones, pasarse la ley de la gravedad por el… y explosiones.
Una vez aclarado esto, tenemos que decir que Rápidos y Furiosos: Hobbs & Shaw es divertida y entretenida. Y no solo por lo mencionado en el párrafo anterior, sino por la química entre sus protagonistas. Jason Statham y “The Rock” vuelven a mostrar lo bien que se llevan en pantalla, dando bastantes escenas graciosas solo a base de dialogo, sin recurrir al humor físico (y eso que por desgracia tuvimos que ver la película en su versión doblada).
Pero quizás una de las sorpresas de la cinta sea Vanessa Kirby en el rol de Hattie Shaw. A la actriz británica la pueden haber visto en The Crawn, o Misión Imposible: Repercusión, pero en ninguno de esos proyectos la vimos realizar secuencias de acción; y la verdad es que no se le da nada mal estas escenas (pese a que en más de una ocasión se notan sus dobles). No por nada es una de las candidatas a quedarse con el rol de la nueva Catwoman.
Pero como cabía de esperarse, Rápidos y Furiosos: Hobbs & Shaw no está libre de tonterías. En más de un momento tenemos sobredosis de acción, al grado que nos podemos llegar a cansar de ver tantas cosas explotar porque sí. Al mismo tiempo, la película se siente un poco larga, y las dos horas y cuarto terminan sintiéndose, haciendo que el clímax no sea tan redondo como se cabría esperar. Aparte de que salvo en una secuencia, nunca tenemos un verdadero momento de Rápido y Furioso, y los autos pasan a estar muy en segundo plano.
Rápidos y Furiosos: Hobbs & Shaw termina cumpliendo con lo que prometía, que era ser una película de acción que se salva de ser genérica, por el único motivo de apoyarse en sus dos carismáticos protagonistas. Para aquellos que son fans de la saga y esta clase de proyectos, es una recomendación segura; para los que siempre les dio igual la franquicia en cuestión, no van a ver nada nuevo esta vez.
(3 / 5)