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Review: Disco de oro

Una vez vi una gran película que hablaba de canciones, era con John Cusack; bueno, esta no se parece.

Disco de Oro es la historia del mítico Neil Bogart, productor musical y fundador de Casablanca Records junto con Cecil Holmes, Larry Harris y Buck Reingold. La biopic va a recorrer este periodo, desde los inicios en 1973 hasta 1982 (fecha de su muerte), con un muy apresurado paso por sus años mozos donde conoció a Beth, su primera esposa, y que ahora nos enteramos, innecesariamente, era la hermana de Nancy, la publicista del sello.

Al comienzo, como en un falso documental, vemos a Neil (interpretado por Jeremy Jordan) contando su historia, quien deja claro que está romantizada porque así suena mejor.

En fin, entre muy malos diálogos, a cargo de Timothy Scott Bogart (hijo de Neil y también director del film), se despliega la historia de vida de este legendario productor musical a partir del descubrimiento y, según el ángulo narrativo poco fiable, la creación de la figura de Donna Summer como ícono sexual de las discos, pasando por el inicio no muy exitoso de Kiss y su ascenso a la cima, sin dejar de lado la célebre coreo Y.M.C.A. de Village People. Siempre contra el tiempo, en apuros económicos, buscador incansable de sueños, a veces incomprendido, con una visión fuera de serie que lo llevó a ser… ¿multimillonario?, y un poco poliamoroso.

Si bien el elenco no descolla tampoco es el principal problema, aunque el equipo de casting podría haber seleccionado actores con una mayor similitud en relación a los personajes reales. Los integrantes de Kiss, incluso con las caras tapadas de pintura, no se parecen en nada; ni hablar de Donna Summer y Gladys Knight.

  1. Kidd Bogart, hijo de Neil con Joyce, su segunda esposa (quien fuera manager de Kiss), está a cargo de la música. La vida de su padre estuvo totalmente cruzada por ella y, por tanto, debería ser el punto fuerte de esta película. No lo es. Por un lado, la música ambiental es invasiva y desproporcionada. Por el otro, las escenas musicales con artistas no lucen. Es un tremendo despropósito tener los derechos de canciones como las de Giorgio Moroder y no romper la pantalla haciendo sonar esos temas al cien por ciento de sus capacidades. Con una excepción, “Love to love you” de Donna Summer, es una linda historia y suena bien.

En definitiva, los hijos de Bogart parecen repetir los errores de su padre, pero no su genialidad. Tal vez dentro de unos años se decidan por filmar el documental con el que termina esta película, a base de escenas reales y Neil contando las historias que realmente interesan. O contraten un director que le saque brillo a una leyenda tan atrayente, llena de personajes emblemáticos, el punto fuerte de esta bio.

 

4/10

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