¿Se puede contar la vida de un artista solamente con material de archivo? Es posible.
Si hay una palabra para definir a David Bowie es esa: artista, porque en este documental, de la mano de Brett Morgen, exploraremos a modo de un ciclo (porque empieza con un interrogante y termina con las mismas imágenes, cuyo mensaje apreciaremos hasta los créditos finales) su viaje creativo desde su infancia hasta el inicio del nuevo siglo, del segundo milenio. Y todo esto se logró gracias a la autorización oficial recibida al realizador por el patrimonio de Bowie, teniendo acceso a un archivo de cinco millones de artículos diferentes.
Siendo el hilo conductor la voz del cantante, seremos testigos de sus conciertos, entrevistas y odiseas por el mundo a puro color, incluyendo material inédito mientras escuchamos algunas de sus canciones icónicas.
Yendo a los detalles técnicos, Morgen produjo, editó y escribió el film, acompañado por Tony Visconti, productor de Bowie, como productor musical. En cuanto a la estética visual, parece de una copia restaurada aunque el aspecto de ratio cambiando constantemente nos transporta a la época transcurrida de los acontecimientos. Ante un total de 53 personas involucradas en este documental, lo único negativo sería la duración.
En líneas generales, esta propuesta cinematográfica de 140 min, distribuida por Neon y producida entre HBO Documentary Films, BMG, Public Road Productions y Live Nation Productions, es ideal tanto para fans de él como quien aprecia este tipo de formato audiovisual o disfruta de un film en busca de empatía.
9/10