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Review: Puán

La cigarra no es un bicho y Puán no es un partido de la provincia de Buenos Aires. En la jerga de quienes la hemos habitado, Puán es la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, con todas las prácticas y representaciones que se despliegan alrededor. Para muchos, sinónimo de atildamiento academicista y pan relleno. En este mundo se mete la película homónima, que comienza con la muerte de un hombre mientras practica deporte en la vía pública —en la segunda escena nos enteraremos que es Caselli, el titular de una cátedra de filosofía—.

La película sigue el devenir de su discípulo y mano derecha en la cátedra, Marcelo Pena (Marcelo Subiotto), quien espera continuar con el legado de su amigo pero se tiene que enfrentar a un oponente con mucho más capital simbólico —ya que nos ponemos puanners—: Rafael Sujarchuk (Leonardo Sbaraglia), buen mozo, recién llegado de Europa donde codirige un equipo con el discípulo tardío de Heiddeger (cuack) y que encima sale con la actriz joven del momento (Lali Espósito).

Y si El Estudiante, aquella gran peli de Santiago Mitre, hacía foco en el punto de vista de quienes estudian en las facultades de ciencias sociales y humanas de la UBA, el foco aquí vira hacia los docentes: los juegos de poder dentro de las cátedras, los laburos de mierda para sobrevivir con un título que paga más con prestigio que con dinero, el “¿ya cobramos?” eterno y el contexto social amplio (Argentina, no lo entenderías).

Pero a no confundirse, Puán (dirigida por María Alché y Benjamín Naishtat) trabaja este mundo de una forma muy distinta a Yepeto o a la más contemporánea El suplente: lo hace en una muy oportuna clave de comedia, evitando los peligros de la solemnidad, y haciéndose cargo de que es una peli —con fundidos a negro que resaltan un elemento del final de cada secuencia, colores alegres y urbanos y una fotografía cuidada hasta en los títulos (cómo me gustan los títulos que juegan con la temática o el tono de la peli)—.

Y todo esto también se logra con un dream team de actores que no podés creer lo que hacen todos juntos y sin pisarse: Mara Bestelli la rompe toda, igual que Subiotto y que el niño Gaspar Offenhenden (a quien ya vimos en la biopic de Fito Páez). Pero también están Julieta Zylberberg, Alejandra Flechner, Cristina Banegas y Andrea Frigerio.

Con un timing que parece que nuestro país siempre habilita, Puán nos muestra la vida de quienes forman la universidad pública haciendo malabarismos para sobrevivir y mantener la excelencia frente a un mercado donde el pensamiento importa tres pepinos. Una comedia ambientada en un contexto de fuga de capitales y corridas bancarias, como el meme del perro sentado en un comedor prendido fuego: “This is fine”.

 

8/10

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