Veamos de qué se trata este drama francés protagonizado por Gilles Lellouche, Daniel Auteuil y Sara Giraudeau.
François Mercier (Gilles Lellouche) es ayudante de un prestigioso joyero judío, el señor Haffmann (Daniel Auteuil). En comparación con su empleador lleva una vida austera, carga con una lisiadura en la pierna y quiere casarse con su novia (Sara Giraudeau). Entonces llega la ocupación alemana a Francia y los roles comienzan a darse vuelta. Haffmann era consciente de lo que había pasado en los países vecinos con los judíos y se adelanta, convence a su esposa de refugiarse con sus hijos en el campo, territorio suizo, y le promete alcanzarlos más tarde. En este contexto idea un plan para mantener el negocio hasta el final de la guerra, le cede el titulo de propiedad a Mercier y hace un pacto con él. No logra fugarse y termina escondido en su propio sótano a merced de las ambiciones de su empleado.
Adiós señor Haffmann es una adaptación libre de una obra de teatro estrenada en 2016, con el mismo nombre que, a su vez, hace referencia a la película: Adiós, muchachos (1987). Si bien las tres puestas hablan de cómo la sociedad ayudó a esconder a las personas judías, esta película también ahonda en las colaboraciones del pueblo francés para con el ejército nazi. Y si en Adiós, muchachos había una progresiva aceptación del otro en Adiós señor Haffmann (2022) pareciera ir en modo reverso.
Es una película con actuaciones hermosas, irreprochables, pero con una temática muy vista, sin embargo, tiene algunos giros interesantes que valen la pena ser vistos y un buen ritmo de tensión durante los 115 minutos.
6/10