Juego perfecto es un thriller escrito, dirigido y protagonizado por el ganador del Oscar Russell Crowe, en el que interpreta a un magnate de las apuestas de internet. Y completan el elenco Rza, Aden Young, Steve Bastoni, Paul Tassone y Liam Hemsworth, entre otros.
En esta ocasión, Crowe interpreta a Jake Foley, un jugador de póker profesional que reúne a sus amigos en su mansión en una noche donde salen a la luz una serie de oscuros secretos. Mientras son tomados de rehenes por una banda de ladrones de arte que los asaltan para llevarse una prestigiosa colección.
El primer problema de esta película es su edición, que en su búsqueda de dinamismo confunde al espectador, alternando el orden cronológico de los hechos, y restándole a su vez el suspenso necesario para mantener su interés en la trama. Así como tampoco funciona su estructura narrativa, ya que el primer acto resulta demasiado largo y le resta minutos a los otros dos, apresurando la resolución y dejando la sensación de que faltan escenas.
Un párrafo aparte merece el trabajo de Russell Crowe, que demuestra una vez más su talento actoral, con un personaje interesante y bien construido, y que bien podría encajar como villano de una película de acción, ya que intenta controlar una crisis existencial de la misma manera en la que controla todo en su vida. Pero el problema es el resto del elenco, con personajes sin desarrollo cuya única función es interactuar con el protagonista, desaprovechando así al más interesante, interpretado por Liam Hemsworth, que tiene serios problemas de adicciones.
En conclusión, Juego perfecto es una película que no funciona, a pesar de que su argumento parte de una idea interesante. Demostrando que Russell Crowe tiene un gran talento como actor, aunque carece del mismo como director, especialmente de sus compañeros de elenco.
4/10