Seamos sinceros, si había un personaje al que queríamos volver en el universo Star Wars, era el de Obi-Wan interpretado por Ewan McGregor. Pero ya sea por la negativa del actor, o porque no se sabía dónde incluirlo, nunca pasó. Hasta que se anunció esta serie que elevó el hype y de los fans y no tan fans de SW subió hasta las nubes. Y es por eso que duele tanto hacer esta reseña; reseña que contendrá spoilers.
Retomamos la vida de Obi-Wan, quien ahora se encuentra exiliado en Tatooine vigilando a un joven Luke. Luego de que Leia sea raptada, decide volver a la acción para rescatarla, poniéndose no solo en el radar de Darth Vader, sino de los Inquisidores, en especial de Reva, La Tercera Hermana.
La trama va más o menos por el lado que todos suponíamos, con la enorme diferencia que el niño en peligro (al menos no el grueso de la temporada), no es Luke, sino Leia. Una sorpresa al menos en mi caso; y que al principio me desagrada en especial por lo insoportable que era el personaje. Por suerte fue algo que fue mejorando con el paso de los episodios, hasta hacer que la niña sea aguantable, mientras se le van dando las características de la futura líder que todos conocemos.
Eso es algo positivo, así como también lo fue poder contar con el cast original, incluso con el propio James Earl Jones, que, gracias a un sintetizador, se pudo recrear el mismo tono de voz que tenía cuando le ponía la voz a Darth Vader originalmente. Y ya con eso podemos terminar de contar las cosas positivas, porque el resto…
Lo primero que llama la atención es lo “barata” que se ve la serie. Esta es la tercera producción televisiva que tenemos por parte de Disney (cuarta si contamos que The Mandalorian tiene dos temporadas), y así y todo es en la que se siente un menor presupuesto. Y no solo lo decimos por los constantes fondos en pantalla verde que se notan a todas leguas; sino que los escenarios se sienten como eso, un escenario, un set. Nunca sentimos que estamos en una mina abandonada, una nave espacial, una ciudad espacial; no, siempre nos damos cuenta que estamos en un estudio con un fondo verde.
Y esto se refuerza por la floja dirección de Deborah Chow, alguien que ya había dirigido capítulos de las otras series, pero acá se nota que el proyecto le quedó enorme; porque nunca sentimos que haya una buena planificación con respecto a los personajes y el escenario. Solo basta ver la absurda persecución de noche en una mina con Obi-Wan siendo sorprendido en la oscuridad, por alguien que tiene un respirador en el pecho…
Y mejor no hablemos de Reva, a quien se nos presenta como pieza clave de la trama. Antes que nada, vale aclarar que repudiamos todo comentario sobre la actriz y su ascendencia. Dicho esto, vale decir que tanto su performance como la escritura de dicho personaje es bastante pobre; siendo la mala malísima que pone cara de enojada y gruñe, para luego volverse buena porque el guión lo pide. Mala actuación y flojo material con el que trabajar.
En conclusión, Obi-Wan Kenobi es una decepción. No solo teníamos mucho hype, sino que había material con el que emocionarse; pero terminamos recibiendo una producción sosa y para colmo, mal hecha. El personaje se merecía mucho más.
6/10