Antes que termine el año y todos tuviéramos un pico de colesterol por las fiestas, Netflix nos soltó la nueva temporada de Cobra Kai, uno de sus tantos caballitos de batalla, que, por desgracia, sigue encontrar el nivel que había mostrado cuando pertenecía a YouTube. Veamos porque esta serie sigue sin poder levantar cabeza.
La historia comienza donde nos dejaron en la tercera temporada, con el Sensei Kreese pidiéndole ayuda a su viejo colega, Terry Silver, para acabar de una vez con sus rivales, Daniel LaRusso y Johny Lawrence. Estos dos también intentan hacer equipo, pero sus diferencias ideológicas siguen sin poder salvarse, poniendo de nuevo a sus jóvenes alumnos en peligro.
Como pueden ver, la trama no cambia mucho a lo viste en la anterior temporada, siendo lo único importante la aparición de Terry Silver. Y para contarnos eso se tardaron diez capítulos; así que comencemos a analizar el relleno con nombre de serie, llamado Cobra Kai.
Porque esa es la sensación que nos deja la serie, que nos estuvieron bicicleteando capitulo tras capitulo, con historias que no llevan a nada o a que nadie le interesa, como la del hijo menor de Daniel LaRusso siendo un bully del chico nuevo del colegio (para otro día quedara la discusión de lo estereotipado de este personaje, solo hace falta ver en que deporte es excelente). Y si el relleno no es suficiente, entonces recurren a la repetición de situaciones.
Así es como otra vez vamos a ver a Johnny y Daniel intentando colaborar para luego no coincidir y pelear “de forma definitiva”. O como la esposa de Daniel San vuelve a ser esa mujer metiche que, en vez de ayudar, termina arruinando un poco más la vida de los rivales de su hija, en vez de dejar que la chica se defienda sola por una vez en su vida. Y así podríamos estar un buen rato.
Pero lo que termina de colmar la paciencia son las coreografías de pelea. Entendemos que, por obvias razones, los actores mayores no van a realizar sus coreografías (aunque esto no justifica que se noten tanto los dobles) ¿Pero que hagan lo mismo con los adolescentes? Y de nuevo, notándose los dobles. Sabemos que las peleas pueden provocar alguna lesión en los intérpretes si no están bien coordinadas, pero estamos ante una serie centrada en un deporte de contacto físico, es un riesgo que sabían que iban a correr. Y estamos hablando de Netflix, productora que sabemos que no es de las que suele contar con presupuestos ínfimos.
En conclusión, la cuarta de Cobra Kai, es otro golpe a esa serie que tanto gustó a los fans y los casuales de la película original. Sabemos que van a querer seguir exprimiendo a la gallina de huevos de oro, pero si no tienen nada interesante que contar, es mejor irse con dignidad que estirar el chicle hasta quitarle lo genial al proyecto.
5/10