Seguimos con este raid retro del anime que a muchos nos hizo madrugar para poder verlo antes de ir al colegio cuando éramos chicos, y toca hablar del arco más icónico de todos, y por el cual la mayoría se terminó de enganchar con Saint Seiya, Las Doce Casas.
Como anticipamos con la anterior review, por fin llegamos al Santuario, para que nuestros héroes enfrenten a su primer gran villano, Arles. La trama gira en torno a que Saori es herida ni bien llegan al lugar, y tienen doce horas para que El Gran Maestro cure a la reencarnación de Atenea; para ello, deben atravesar Las Doce Casas, custodiadas por los temidos Caballeros de Oro, cada uno de ellos representando un signo zodiacal.
Lo interesante de esta saga, es que pese a ser doce personajes, cada caballero tiene bien marcada su personalidad, haciendo que estos enemigos no sean genéricos, y que cada uno tenga sus motivaciones; incluso al grado de que muchos están a favor de la misión de nuestros protagonistas y por ende los ayudan, ya sea dejándolos pasar, o combatiendo para que Seyia y sus amigos descubran el famoso séptimo sentido.
Tenemos que decir que, por lejos lo mejor de todo arco, no son las batallas (que las hay muy buenas, como el Shaka de Virgo vs Ikki), sino el desarrollo que le dan a Arles. Desde empezar como alguien que maneja todo desde las sombras, pero mostrando increíblemente poderoso; hasta que nos develan quien está bajo la mascara y todas sus motivaciones. No por nada es de los malos más icónicos de todo este anime.
Como puntos flacos de este tramo, podemos decir que acá empieza algo que se iba a volver recurrente y cansino en Los Caballeros del Zodiaco, y es que Saori siempre se ponga en peligro y nuestros héroes tengan un contrarreloj para salvarla. Además, otra cosa que comienza a hacer patente, es que todo está puesto en bandeja para que Seyia sea el que termina dando el golpe final, siendo que, a lo largo de la trama, otros personajes se lucen más que él (en este caso, Shiryu es quien salva las papas más de una vez).
La saga de Las Doce Casas es quizás la más emblemática de todo Los Caballeros del Zodiaco, y no es gratuitamente. Con personajes que van a aparecer en otros arcos, y dejándoles duras enseñanzas a los protagonistas; también es quizás el principal motivo por el cual Saint Seiya caló tanto en nuestra infancia, al grado de hacer que muchos estemos orgullosos (bueno, había algunos que no) de su signo zodiacal.