Hoy volvemos a hablarles de anime, para comentar uno que en su momento la empecé a ver y la dejé por cuestiones que comentaré más adelante. Así que para no homenajear a Naruto y no alargar la cosa sin necesidad, veamos que me pareció la primera temporada de Demon Slayer.
Esta vez nos vamos a un mundo ficticio donde existen los demonios. Nuestro protagonista, Tanjiro, tiene una hermana llamada Nezuko, que es convertida en uno de estos seres; es por eso que emprende una búsqueda para encontrar una cura, convirtiéndose en un cazador de demonios en el proceso, y conociendo diferentes aliados.
Antes de continuar, me gustaría aclarar que esta es la segunda oportunidad que le doy al anime; ya que la primera vez no pude pasar del cuarto capítulo. Y esto no se debe a que la historia sea mala, o que la vi en un mal momento de mi vida; sino que contrario a mis creencias más firmes; esta producción hay que verla doblada y no en idioma original. Esto lo digo porque nuestro protagonista, Tanjiro, se la pasa gritando, y sus gritos en japonés son insoportables; algo que se vuelve más tolerable en latino.
Pero hablando propiamente de Demon Slayer, la verdad que es una experiencia muy recomendable. No solo lo digo por las grandes secuencias de acción que tiene, o el gran diseño de los demonios (algo que ya viene del manga), sino que la mezcla entre peleas y humor es perfecta; manteniéndonos pegados al asiento en los combates, pero sacándonos varias carcajadas cuando se ponen a tontear. Y esto se da en gran parte a los personajes secundarios.
Y con esto nos referimos en especial a Inosuke y a Zenitsu. El primero de ellos aportando comedia desde un lugar de creído que se siente mejor guerrero que los demás, y el otro siendo un miedoso que prefiere gritar como niña chiquita antes de enfrentar a sus rivales. Aparte de que ambos son extremadamente torpes en lo referente a relacionarse con las mujeres.
Otro punto a favor es la banda sonora. Las melodías que acompañan a las escenas de pelea son impresionantes, y suben el nivel a escenas que ya de por sí valen la pena ver por las buenas coreografías y lo nítido que es el dibujo.
En conclusión, Demon Slayer es un gran anime, que por desgracia me tardé bastante en ver. Con una animación, música y personajes muy buenos, está por sobre la media de otras producciones niponas, y tras verla; es entendible el porqué de tanto fanatismo.
8/10