Llega a su final una serie que, por desgracia, tanto en su primera temporada, como en esta segunda, pasó demasiado desapercibida para la calidad que ofrecía. Y es que, a esta altura, el nombre de Genddy Tartakovsky debería ser ya sinónimo de calidad; pero en realidad a la mayoría ni le suena. Así que sigan leyendo y vean de qué trata la segunda temporada de Primal.
Retomando el final de la primera temporada, ahora tenemos a nuestro protagonista, Spear, y su dinosaurio, llegando a nuevas tierras, donde lo prehistórico ya no es tan así. Ahora ambos deberán enfrentar nuevas amenazas mientras intentan encontrar y luego proteger a Mira.
Esta temporada de Primal toma todo lo bueno de la primera parte, y lo mejora a niveles que creo, nadie hubiera pensado. Y no solo lo digo por el nivel de violencia brutal que presenta, o por la ucronía que vemos; sino que se arriesga a jugar con algunas cosas que nos agarró desprevenidos a todos.
Esta vez la parte emotiva está mucho más presente, con algunas partes que de verdad nos van a tocar el cocoro. Aparte que el elemento fantástico se hace más presente. Pero lo que de verdad sorprendió, es un capítulo en donde no tocamos la trama principal, y se nos presenta una historia auto conclusiva. Obvio, cargada de violencia y sangre; y que bien podría ser un experimento del propio Tartakovsky para tantear el terreno con un posible spin off. Si es así, bienvenido sea dicho proyecto.
En cuanto a la animación, poco que agregar; el nivel es el mismo visto en la primera temporada. Y si bien el gore se incrementa, el estilo de mostrarla es el mismo. Quizás esto a muchos les pueda parecer algo perezoso por parte de los animadores; pero en realidad pega bastante bien con la temática de la serie.
En conclusión, esta segunda iteración de Primal supera con creces a su primera. Pocas cosas negativas tiene, así que solo queda recomendarla. Una muestra más de que la animación, no necesariamente tiene que ser para niños.
9.5