Si hay un director español que logró trascender las fronteras de su país, es Alex De La Iglesia. Al menos en mi caso, cada película suya la espero con ansias. Y por eso fue tan grande la decepción que me lleve al ver su nueva obra, Veneciafrenia.
La historia sigue a un grupo de amigos españoles que va a disfrutar de los carnavales de Venecia. Ni bien llegan al lugar, tienen un encontronazo con una persona disfrazada de arlequín. Lo que parecía ser un fin de semana de alcohol, sexo y diversión, termina convirtiéndose en una carnicería.
A priori la trama se asemeja bastante a miles de películas de terror vistas hasta el momento, donde un grupo de turistas es atacado por algún demente local, en un escenario exótico y donde aparte tienen el problema de la barrera del idioma. Pero si les digo que, así y todo, Veneciafrenia se las ingenia para ser bastante mediocre, es que tengo que argumentar dicha afirmación.
Por un lado, tenemos el eterno problema de De La Iglesia, que es el de no saber cerrar sus historias. Los ejemplos sobran, como Las Brujas, Balada Triste de Trompeta o El Bar; en donde llegado el momento de dar una explicación de porqué pasó lo que pasó, se nos hace bastante rebuscada. Y si bien acá se nos van dando pistas de lo que va a suceder, terminan siendo bastante tiradas de los pelos para justificar semejante masacre.
Pero lo que más llama la atención, es la estética. Y con esto no nos referimos a Venecia y la temática del carnaval, sino a la fotografía y la puesta en escena. En más de un momento pensé que estaba viendo una película de Dario Argento, pero no de las buenas, de las malas que viene haciendo desde hace unos años. Ojalá esto no marque un patrón para Alex De La Iglesia.
Para no ser tan malos, vamos a comentar algo de lo poco bueno, y es el elenco. Si bien como se podría imaginar algunos tienen más tiempo en pantalla que otros, todos lo hacen bien, destacando sobre todo Ingrid García Jonsson en el papel de Isa, quien empieza siendo bastante secundaria y va cobrando protagonismo a medida que avanza la trama.
Otro punto a favor es el de los disfraces que podemos ver en carnaval. Tanto el del asesino principal como el de otros personajes extraños que vemos por ahí, son hermosamente macabros y captan nuestra atención desde el primer minuto.
En conclusión, Veneciafrenia es una enorme decepción. Viniendo de quien viene, el sabor a muy poco que nos deja es enorme, y como fan de Alex De La Iglesia, espero que esto sea un tropiezo, y no el síntoma de algo.
5/10