Luego del gran párate por la pandemia, y la trágica muerte de Hellen McCroy, llega a nuestras pantallas la primera parte de la temporada final de Peaky Blinders. Veamos que nos trajeron estos mafiosos de Birmingham.
La trama nos sitúa tiempo después de los acontecimientos de la quinta temporada, con varios miembros de los Peaky Blinders muertos, incluida la Tía Polly. Esto hace que Michael jure venganza contra Thomas, mientras este último debe seguir haciendo buenas migas con aquellos que quieren introducir el fascismo a Gran Bretaña.
Lo primero que voy a decir, y en opinión que creo que muchos van a compartir, es que empieza a cansar esta manía de dividir la última temporada de las series en dos partes; en un movimiento que solo se justifica para alargar más el chicle, y no dejar morir a la gallina de los huevos de oro. Imagínense ser fan de Attack on titan…
Pero esto no es lo peor de la primera tanda de capítulos finales de Peaky Blinders, para nada. Algún genio pensó que, tras haber anunciado la aparición de Adolf Hitler en la serie, y que teniendo a Anya Taylor-Joy con potencial de villana principal para Thomas Shelby, a la gente le iba a interesar como de nuevo se tocaba el tema de la maldición que pesa sobre el estado mental de los Shelby debido a su ascendencia gitana; algo que estoy seguro, todos querían ver ¿No?
Y no solo el tema es poco interesante, sino que se enfocan de lleno en él por tres capítulos, dejando para los tres finales la anticipada pelea entre Thomas y Michael Shelby, y la inminente aparición de Adolf en escena como canciller alemán, o sea, lo que de verdad todos queríamos ver. Eso sí, cuando esto sucede, el ritmo y la calidad de la serie sube por las nubes, haciéndonos acordar porque es de lo más interesante que podemos encontrar actualmente.
Con respecto a las actuaciones, vuelven a ser todas buenas, destacando en especial la de Cillian Murphy, quien es exigido al límite para mostrar su inestabilidad psicológica, mientras piensa que tiene los días contados antes de que su vida acabe sin haber asegurado el porvenir de todos los Shelby.
En conclusión, esta primera mitad de la última temporada de Peaky Blinders deja bastante que desear. Siendo mal encarada y encima cortada en dos para sacar algún billete más, se siente como una falta de respeto para los fans que esperamos que el cierre termine estando a la altura de lo visto hasta ahora.
7/10