Basada en la novela homónima de Jennifer Niven, esta historia es una lección de superación cuando estamos atravesando un duelo, sin importar la índole que sea.
Protagonizados por Elle Fanning (en el rol de Violet Markey) y Justin Smith (como Theodore Finch), su primer encuentro no será el más alegre, por decirlo de alguna manera. Sin embargo, gracias a esa circunstancia, sus vidas cambiarán al aceptar realizar una tarea escolar juntos. Mientras tanto, podemos conocer el entorno familiar de ambos para comprender su personalidad y las actitudes que toman.
Yendo a los detalles técnicos, el film de Brett Haley está acompañado por Rob C. Givens en fotografía y Suzy Elminger en montaje. Producido por la actriz protagonista, el score de Keegan DeWitt logra crear una atmósfera que combina melancolía con la inocencia ante lo desconocido, entre piano y violines, cuyas melodías podrían recordarnos a las orquestaciones del gran Ludovico Einaudi.
En cuanto a actuaciones me encantaría destacar a alguien, pero siento que cada uno se quedó encasillado en su zona de confort. En cambio, no está de más subrayar que en el guion se encuentre la autora del libro original.
Por último, esta propuesta de 107 minutos, estrenada el 28 de Febrero de 2020, se encuentra disponible en el catálogo de Netflix.
8/10