¿Cómo reseñar un cortometraje sin contar demasiado? Bueno, eso es posible.
Float es uno de los tantos SPARKSHORTS, la iniciativa de Pixar que brinda a los cineastas la oportunidad de realizar sus proyectos de manera «independiente» y con bajo presupuesto, permitiendo explorar nuevos territorios en el terreno de la animación. En este caso, animación por computadora.
Yendo a la historia, se centra en el cuidado de un padre soltero hacia su hijo que descubre que puede flotar, cuya condición lo llenará de prejuicios que deberá afrontar. A lo largo de los 7 minutos, apreciamos la trama muda, con una música de Barney Jones, donde la impronta está en lo visual. El mensaje es super claro, además de reflexivo e inclusivo (reforzado en los créditos finales).
Analizando más en profundidad, el escritor y director Bobby Rubio explicó que esta idea nació de su propia experiencia con su hijo autista. Sin embargo, está narrado de una manera que cada uno lo puede interpretar como quiera, y eso está bien. Además, la decisión de visibilizar personajes de ascendencia filipina brinda un sello personal y novedoso para este estudio, con el fin de empoderarlos.
Ahora, si tenés deseos de mirarlo y sacar tus propias conclusiones, se encuentra disponible para ver en el catálogo de Disney+ como en Youtube.
9/10