Mark Naird es recientemente nombrado como general de la flamante Fuerza Espacial, cuya tarea consiste en conquistar y militarizar el espacio para Estados Unidos. Pero al ser una fuerza armada reciente, muy poca gente lo toma en serio. Naird y sus asistentes deberán hacer lo imposible para conseguir fondos y lograr sus objetivos.
La semana pasada llegó a Netflix Space Force, serie cómica protagonizada por Steve Carell, que por momentos logra cumplir su objetivo de hacernos reír, pero que a rasgos generales, nos deja una constante sensación de que se está desperdiciando un enorme potencial.
Empezando por la parte buena, lo mejor de Space Force es John Malkovich. En un rol de asistente técnico y científico en jefe de todos los proyectos de esta nueva rama militar; veremos su constante frustración al no ser tomado en serio por nadie, debido a que es una persona de ciencia y no alguien de armas tomar. Sus momentos, y sobre todo, cuando son en compañía de Carell, son los mejores de la serie. Y suplicamos que si la van a ver, solo por el propio Malkovich, la tienen que mirar en su idioma original.
Carell sería lo segundo mejor de la serie, ya que a sus escenas con Malkovich, le agrega diálogos absurdos bien de su estilo (él es creador y guionista del show). Pero falla cuando se mete en el terreno del humor físico y empieza a gritar o gesticular; y es que el pobre Steve ya no está para esos trotes.
Por desgracia estos son los únicos dos buenos personajes que tenemos. El resto, ya sea por lo pesimamente construidos que están (caso la hija del personaje de Carell), como porque el actor en cuestión no es gracioso, cuando los dos actores principales no están en escena, la serie sufre un notorio bajonazo. Y con esto tomamos de ejemplo al personaje del asesor en redes sociales; alguien que se encarga de twittear e instagramear todo lo que sucede, pero que es interpretado por un actor con el carisma de un ladrillo.
Space Force cumple su cometido de entretenernos, además que se vuelve llevadera por su duración de diez episodios de treinta minutos. Pero así y todo no se siente tan pulida como debería; y con una segunda temporada casi confirmada por Netflix, esperemos que para el año que viene nos den mejores personajes secundarios, y potencien a sus dos protagonistas. Depende de Steve Carell ahora.
(3,5 / 5)