Los pilares de la Tierra es una novela histórica realista, escrita por Ken Follet, donde se nos presentan los tires y aflojes entre varios personajes, todos relacionados con la construcción de la catedral de Kingsbridge; mientras, de fondo, tenemos el transcurso de la guerra civil inglesa en pleno medievo.
Primero que nada, tenemos que aclararles que aquellos que esperen encontrar algo de fantasía épica, les avisamos que no. Todo se resume a un realismo extremo, centrándose en intrigas políticas, complots dentro de la Iglesia, y la vida día a día de las personas del medievo, con algunos avances tecnológicos, todo en torno a la ya citada catedral.
¿Qué hace tan interesante todo esto siendo que casi no hay acción? Aquellos que amamos lo relacionado a la era medieval, nos vamos a encontrar con una novela plagada de descripciones, que nos trasladan a dicha época como si estuviéramos viviendo ahí. Además, que el realismo que presentan los personajes es bastante asombrador, logrando que empaticemos u odiemos a nuestros protagonistas y villanos, debido a como ser justifican sus comportamientos, ateniéndose a la mentalidad que tenía la gente de dicha época.
Por eso es que hasta personajes tan odiables como el dúo de villanos compuestos por un lord y un sacerdote, si uno explora en su lógica, se los termina comprendiendo; pese a que nunca estaríamos de su bando o queriendo que ellos ganen.
Quizás como único punto negativo, y que se siente bastante pesado al momento de leer, es el hincapié que hace Follet en la arquitectura. Como ya dijimos, todo gira en torno a la edificación de una catedral; y, por ende, en más de un momento, los maestros constructores de dicho edificio, empiezan a describir con lenguaje muy técnico, sobre los diferentes estilos arquitectónicos. A quienes esto no nos interesa en lo más mínimo, se nos puede volver pesado leer hojas y hojas de datos que no aportan nada a la trama.
Pero como decimos, este es un detalle menor, que nunca opaca ni hace pesada la lectura. Si son fans de las historias en la edad media (como quien les habla), es una recomendación segura. No le tengan miedo por su duración, una vez pasada las veinte hojas, ya estarán atrapados por Ken Follet.
