Primal nos cuenta la historia de un Cavernícola, que sufre la pérdida de su familia en las fauces de unos dinosaurios carnívoros. Loco de ira, comienza una venganza contra dicha especie, haciéndose compañero de otro depredador en el camino. Ahora, humano y bestia, deberán sobrevivir en un mundo prehistórico distópico plagado de peligros.
Hoy nos toca hablar de Primal, la nueva creación de Genddy Tartakovsky, creador de El Laboratorio de Dexter, Samurai Jack o Clone Wars entre otras genialidades; y que ahora nos lleva a un mundo primitivo, donde lo único que importa era sobrevivir; asesinar o ser asesinado.
Lo primero que tenemos que decir, y empezando por lo único malo que le encontramos a la serie, es que estamos ante uno de esos casos donde no hay una trama a lo largo de la temporada, sino que tenemos capítulos no conectados; salvo los dos primeros y los dos últimos.
Sé que esa queja es algo muy personal, por eso empecé comentándola. Pero si comparten esa opinión, también vale aclarar, que, para compensar, la serie es muy corta, con unos escasos diez capítulos de veinte minutos de duración; así que tampoco es que tendremos varias horas de puro relleno como suelen suceder en series policiales que también padecen de tener episodios no conectados.
En cuanto a la animación, el estilo tan “cuadrado” que maneja Tartakovsky en todas sus producciones, le sienta perfecto a una historia que pasa en lo que seria la edad de piedra de la humanidad. Nada que reclamar en este apartado.
Para no alargarnos demasiado, Primal es una serie bastante recomendable. Pero desde ya decimos que no estamos ante un producto infantil, de hecho, es todo lo contrario. El nivel de gore que tiene es tremendo, y si son medio sensibles, les va a afectar un poco ver tanta violencia explicita. Pero una vez aclarado eso, no podemos hacer otra cosa que esperar con ansias la segunda temporada.
(4 / 5)