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AcciónEstreno de la semana

REVIEW: Bad Boys para siempre

Tercera entrega de la saga protagonizada por los policías de Miami, Mike Lowrey (Will Smith) y Marcus Burnett (Martin Lawrence). La primera, de 1995, era una hija de su época. Protagonizada por dos iconos de la comedia de los 90s, se trataba de una buena Buddy Cop Movie en la línea de Arma Mortal, equilibrando muy bien el humor y la violencia. La realización era de un competente Michael Bay, que era un director prometedor y mucho más medido por esos años. Con el boom de las segundas partes y Will Smith en su mejor momento, Bad Boys II vio a luz en 2003. Con un Bay más subido al caballo, esta entrega pecó de lo mismo que las otras secuelas de la época: más grande, más espectacular y más olvidable.

17 años después de aquella aventura, Bad Boys Para Siempre nos trae de regreso a los «dos policías rebeldes» con un tono que recuerda mucho a Arma Mortal IV. Uno de ellos, Marcus, acaba de ser abuelo. Como ocurría con el personaje de Dany Glover, se da cuenta de que ya están viejos para seguir en las calles y está pensando en la jubilación. Mike, más en la línea de un Martin Riggs, sigue viviendo al día como un eterno joven y quiere seguir cabalgando hasta la muerte. Cuando los fantasmas del pasado de Mike vuelven para atormentarlo, los Bad Boys se volverán a juntar para una última aventura.

Así como sus antecesoras, Bad Boys Para Siempre busca reflejar el paradigma de su época. Y en este caso se nota la fuerte influencia de la saga de Fast & Furious. El rap le dejó lugar al trap y al reggaeton. A los detectives se les suma un equipo de pintorescos secundarios armados con alta tecnología (un hacker incluido). Y el tema central de la trama pasa a ser «lo más importante es la familia», la máxima sobre la que Toretto vuelve una y otra vez. Estos elementos, sumados a las escenas post-créditos (si, ahora también hay de esas) dejan en evidencia que no sólo se trata de una secuela nostálgica, sino de un «refresh» de la saga para convertirla en una franquicia como la de Vin Diesel y compañía.

Con la ausencia de Michael Bay, los nuevos directores optaron por algo menos grandilocuente y espectacular. La acción está más dosificada, pero aún así hay buenas escenas cargadas de adrenalina (la de la persecución de motos está muy bien lograda). Por otro lado, está equilibrada la trama policial con la comedia. Por supuesto, cargada de clichés y lugares comunes, aunque hay algún que otro giro de tuerca inesperados.

Probablemente nadie espera nada de esta secuela innecesaria y que llega a casi veinte años de la anterior. Eso es algo que le juega a favor. Bad Boys Para Siempre no le aporta nada nuevo al género, pero no se puede negar de que es entretenida.

 

3.5 out of 5 stars (3,5 / 5)

 

 

 

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