El Festival de Cine de Mar del Plata abrió su sección de competencia internacional con nada menos que la proyección de Lo que Arde (O que Arde/Fire Will Come), una destacada coproducción española-francesa que aterriza para deleitar los ojos cinéfilos con su maravillosa fotografía y puesta en escena. Ganadora del Premio del Jurado en la última edición del Festival de Cannes, la tercera película de del parisino Oliver Laxe (Mimosas) cuenta con una sublime y poética belleza visual la historia del retorno al hogar de un hombre atormentado, cuyas heridas internas se extienden por toda la infinitud de la naturaleza.
Lo que Arde sigue los pasos de Amador (Amador Arias), un ex convicto que acaba de obtener la libertad condicional luego de haber provocado un poderoso incendio forestal en su comunidad, ubicada en las montañas de Lugo, en Galicia. Al regresar al pueblo, solo su anciana madre se muestra contenta de volver a verlo, y pronto Amador retoma su trabajo en la modesta granja, siempre silencioso y como si el tiempo no hubiera pasado. Mientras los lugareños comentan y se ríen a viva voz de este extraño pirómano, Amador observa con como el paisaje comienza a modificarse a expensas de las estrategias de marketing de un capitalismo que comercializa la naturaleza y la cultura sin tener en cuenta el impacto social y ambiental, creando ilusiones de progreso a través de la producción turística.
Construida con apenas unos pocos y sencillos diálogos, el film gallego se dedica a narrar a través de unos majestuosos planos y sus simbolismos la vida cotidiana de esta comunidad y el pesar de Amador, cuyo fuego interno parece ser más intenso que el que se abre paso derribando árboles y arruinando los sueños de sus vecinos. La primera escena, una secuencia oscura que sigue el trayecto de dos tractores mientras derriban todo a su paso, es sencillamente espectacular. Por supuesto, la fotografía de Mauro Herce (Ocaso) resulta un pilar fundamental, otorgándole a aquellas locaciones tanto la belleza de una aldea perdida en el tiempo como una sensación de terror inquietante.
“Si hace sufrir, es por que sufre”, expresa la madre de Amador (interpretada por una encantadora Benedicta Sánchez), en alusión a como los árboles infectados por la maquinaría expanden su mal por el vasto paisaje boscoso. Una frase que también se podría aplicar al protagonista si pensamos en su tensa relación con el entorno rural.
Lo que Arde es un film que necesariamente debe ser visto en cine. Un viaje reflexivo, repleto de imágenes que gritan aquello que sus protagonistas han decidido callar.
